Continuamos con la segunda parte del tema del perdón. La primera parte tenía más que ver con nuestra relación con Dios. Ahora, quisiera enfocarlo más a nuestra relación con los demás.
Entonces, perdonar es liberar a alguien de una obligación contraída con nosotros, por habernos causado una ofensa. Esto es algo que nos ocurrirá a todos en varios momentos de nuestra vida, debido a que no somos perfectos.
El perdón tiene 3 elementos: el ofensor, el ofendido, la cancelación de la deuda. Una vez que somos conscientes de haber ofendido a alguien, tenemos la obligación moral de pedir perdón. Para aplicar el perdón, la persona que ofendió debe estar arrepentida de la falta cometida, y el ofendido, dispuesto a perdonar la ofensa.
Perdonar, no significa que estemos de acuerdo con lo que pasó, ni que pasemos por alto la ofensa, ni que lo aprobemos.
- No debemos decir: “No es nada”, ni “Es poca cosa”, porque no es cierto. Sí nos ha dolido u ofendido, pero uno debe decidir perdonar, si es que desea ser libre.
- El perdón no debe confundirse con el olvido. La frase: “Perdono, pero no olvido”, no es cierta, porque “no olvidar” quiere decir que todavía tiene ese asunto dando vueltas en su mente y en su corazón. Eso no es perdonar.
¿QUÉ SUCEDE CUANDO NO PERDONAMOS?
La falta de perdón tiene consecuencias físicas, emocionales y espirituales:
- Físicamente, la falta de perdón puede traernos enfermedades. El resentimiento provoca rencor y los rencores prolongados, pueden provocar cáncer o artritis, que muchas veces son el resultado de un tremendo odio, amargura, o resentimiento. Claro, que no podemos generalizar, pero a veces sucede. La única forma de liberarse es cuando uno perdona. El perdón es liberador.
- Emocionalmente, sentimientos negativos como: culpa, resentimiento, desilusión, odio, frustración. Todo ello se anida en el corazón y empieza a causarnos problemas en nuestro diario vivir. Las emociones negativas se llevan la tranquilidad y estabilidad emocional. Nos aferramos a ellos y es como una carga pesada que llevamos sosteniéndola por mucho tiempo.
- Espiritualmente, trae ataduras, lo cual quiere decir que quedamos atados a la otra persona y no la podemos olvidar, o nos molesta cuando alguien nos habla de ella. Además, nos aleja de Dios y nos obstaculiza para recibir las bendiciones que Dios tiene reservadas para nosotros.
El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó. Cuando dos personas tienen un desacuerdo, se necesita esfuerzo por ambas partes para arreglar la relación. Cuando a uno le han herido el alma, queda un dolor profundo y es difícil de sanar, aunque no imposible.
Debes descargar todo ante los pies de Jesús, con la actitud del Salmista en el Salmo 55:16 En cuanto a mí, a Dios clamaré; y Jehová me salvará.
55:17 Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, y él oirá mi voz.
55:18 El redimirá en paz mi alma de la guerra contra mí, aunque contra mí haya muchos.
El perdón va de la mano con el amor. Cuando uno ama, perdona las ofensas del ser amado. Cuando uno ama, no desea que el ser amado sufra, ni desea estar alejado de él. Perdonar es imprescindible para mantenernos unidos y en amor.
El perdón es una parte fundamental de la fe cristiana y la capacidad de perdonar crece según tienes más intimidad con Dios, porque al estar en Su presencia, ves las cosas diferentes, desde el punto de vista de Dios.
Perdonar es una manera de autoliberarse. El perdón, literalmente, puede sanar tu corazón. ¿Cómo? Sentir rencor por una persona aumenta el ritmo cardiaco, lo que puede ocasionar un infarto. Al perdonar al otro, o a ti mismo, por los pecados cometidos, estás disminuyendo tu presión arterial. Además, reduces tu consumo de medicamentos y alcohol, según afirman los expertos en psicología. También está comprobado que perdonar ayuda a olvidar, ya que facilita que desaparezca más fácil el pensamiento del agravio. Esto se debe a que existe una capacidad de superación emocional que permite dejar atrás experiencias negativas o de sufrimiento. Es una función que permite un control sobre ti mismo.
Perdonar no siempre es fácil, pero sí es necesario para limpiarte y liberarte interiormente de los sentimientos negativos que te embargan. Así eliminas el daño que te causa en el corazón.
5 razones por las que nos conviene perdonar:
- Perdonar y ofrecer disculpas es señal de fortaleza, no de debilidad
- Perdonar es una expresión de amor por el prójimo
- Nos libera de ataduras que nos amargan el alma y nos enferman el cuerpo
- La declaración del perdón es una clave para liberarnos
- Perdona para que puedas ser perdonado
Perdonar es una decisión, más que un sentimiento. Al decidir hacerlo, estás preparando tu corazón para perdonar y el sentimiento viene como consecuencia. Veamos un gran ejemplo de perdón. Es sobre una misionera holandesa que estuvo en un campo de concentración nazi durante el holocausto…
¡DIOS TE BENDIGA!
Excelente Post, lo explicas muy bien. en eso se resumen los diez mandamientos. en amar a Dios y al projimo
Exactamente. Gracias por tu comentario. 🙂
Hoy escuche esto: No perdonar es como tomar veneno y esperar que se muera la otra persona!
¡Qué ejemplo tan preciso! Realmente, eso es lo que sucede, aunque parezca ilógico.
Gracias por tu comentario. 🙂