La palabra PATERNIDAD, se refiere a la cualidad de PATERNO o de ser padre. Paterno, viene de paternus, palabra compuesta de pater (padre, patrón) y nus (procedencia y pertenencia).
Esas dos últimas palabras son claves para dar sentido a lo que significa ser padre.
“Procedencia” = origen, de donde nace, pues el hijo procede del padre. Sin el padre, no hay hijo. “Pertenencia” = ser parte de alguien, tener derecho a alguien.
El hombre que ha tenido un hijo accede a la paternidad y es él, el que determina biológicamente el sexo de los hijos.
Humanamente, el padre es más grande, más fuerte, sabe más, puede hacer más. Puede sentirse (internamente), superior a sus hijos y (sin querer), hacerlos sentir inferiores. Por eso es tan importante que el padre asuma su responsabilidad, porque puede levantar o aplastar (emocionalmente) la vida de sus hijos. El padre puede llegar a ser el héroe o la persona más odiada, dependiendo de la relación que el padre establezca con los hijos.
Con sólo pensar la diferencia de tamaño entre un padre y su hijo pequeño, podemos notar que el niño mira al padre hacia arriba y es como un gigante para él. Es la misma representación de un ser humano comparado con el Dios eterno. Él es gigante para nosotros. La Biblia dice que los cielos de los cielos no pueden contenerlo (1Reyes 8:27; Crónicas 6:18).
El niño, cuando alguien le hace problemas, dice con orgullo: “Le voy a decir a mi papá. Él es grande y te va a pegar”. De la misma manera, como hijos de Dios, debemos ver a nuestro Papá Dios como nuestro defensor. Podemos confiar en Sus promesas de que así será.
Hay un pasaje en la Biblia que en singular, dice así:
Proverbios 17:6 “el orgullo del hijo es su padre”. Es una fuente de alegría para ellos. A veces, el padre no se da cuenta de lo importante que es en la vida de sus hijos. Las huellas que deja un padre sobre sus hijos, son profundas, y los seguirán toda su vida. El padre ejerce influencia trascendental en el desarrollo y la personalidad del niño, la cual se forma desde que estaba en el vientre de la madre hasta los 4 o 5 años de edad. Luego, con el correr de la vida, el hijo(a) tiende a preguntarse: ¿por qué camino así, o por qué hablo así?…igual que papá o mamá.
¿CUANDO EMPIEZA LA PATERNIDAD?
La paternidad empieza cuando el niño(a) está en el vientre de la madre. El padre establece una relación con el feto (lo sepa o no), que puede ser positivo, haciendo contacto por medio de palabras dulces, cantándole, acariciando el feto cuando está dentro de la barriga de la madre. O es negativo cuando lo ignora, no le habla, o pelea con la madre, etc. pues el niño escucha desde el vientre. Está comprobado que el feto se sobresalta con los portazos y se agita o se calma según la música que escucha; los ruidos fuertes del exterior le hacen reaccionar.
PADRE, TÚ HAS SIDO LLAMADO…
– a guiar el camino de tus hijos por el camino de Dios (Salmo 89:26),
– a corregirlo de acuerdo a la Palabra de Dios (Proverbios 3:12),
– a que sepa que Dios es soberano y dueño de todas las almas (Ezequiel 18:4),
– a que sepa que Dios siempre estará allí para defenderlo, cuando sus padres no estén allí (Salmo 68:5),
– a contarles las hazañas de Dios en tu vida para que aumente la fe de ellos (Salmo 78:2-3),
– a ser prudentes y sensatos (Proverbios 4:1),
– a no ser rebeldes (Salmo 78:8),
– a no aplastar los sueños que Dios ha puesto en su corazón, ni imponerles los tuyos.
Tienes la responsabilidad de formarlo en una labor útil para que pueda salir adelante en la vida; a tener valores y principios; a enseñarle a saber elegir bien a su futuro cónyuge. Tienes un rol espiritual: enseñarle a amar y temer a Dios, quien es TODO sobre todas las cosas.
Proverbios 22:6 “Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará” (NVI).
Tanto la masculinidad como la feminidad, son una serie de características que se construyen y se convierten en “requisitos” para que los hijos e hijas aprendan a relacionarse en la sociedad. Veamos la influencia diferente que ejerce el papá sobre el hijo varón y la hija mujer.
INFLUENCIA DEL PADRE SOBRE EL HIJO
Los hijos varones, aprenden la masculinidad del padre. Ellos necesitan recibir ayuda del padre, para convertirse en hombres de bien. Los padres deben estar involucrados con ellos; que los amen, los apoyen, les enseñen, les disciplinen, que sean cariñosos, sensibles, que sepan tratar bien a una mujer, que sepan perdonar, con valores, principios y sobre todo amor y temor a Dios. También necesitan una visión clara de adónde se dirigen; tener ideales bien definidos que los motiven a niveles de excelencia. Para eso es necesario saber cuál es el llamado de Dios para ellos. Para el hijo, los ideales se convierten en un modelo moral y espiritual. En otras palabras, es necesario que el padre sea mentor del hijo.
La presencia física y emocional del padre, da vida, anima al hijo. El niño observa todo lo que el padre hace: afeitarse, reírse, silbar, forma de carminar. Su “tanque” emocional se llena con la presencia del padre y el hacer cosas juntos. Por eso, el padre ausente deja un gran vacío. Es un reclamo y dolor que guardan los hijos hasta cuando son adultos. Si el padre está muy ocupado como para involucrarse en la vida de su hijo, o está divorciado, ausente, o es negligente, el hijo crecerá con un vacío interno y empezará a desviarse. El recuerdo del padre que no los quiso, que no estuvo con ellos, que los abandonó, no se va.
El padre debe impartir en el hijo, valores morales y principios cristianos, así tendrá un ancla espiritual firme, que lo ayude en todas las decisiones y circunstancias que enfrente en la vida.
INFLUENCIA DEL PADRE SOBRE LA HIJA
En el caso de la hija mujer, el padre, más que la madre, es el que determina qué significa ser una ‘chica’. El padre tiene una influencia muy profunda en las opciones y relaciones románticas de la hija, según haya sido un padre de tiempo completo, divorciado, o ausente. La ausencia del amor paterno afectará las relaciones que ella tenga con los varones, en su manera de ver el mundo y su participación en él.
Es bueno que el padre saque a su hija adolescente (los dos solos), a comer a un restaurante bonito y la trate como una princesa. Ella aprenderá cómo la debe tratar un varón, con cortesía, con respeto. El padre debe hablarle de esas cosas tan importantes para ella. No sólo la presencia física del padre es importante, sino también su participación e interés en las cosas de su hija.
Las chicas que han crecido sin el apoyo cariñoso del padre, comienzan una relación heterosexual precoz, con mayor ansiedad, buscando -equivocadamente- llenar el vacío emocional que dejó el padre, en una relación física.
En algunos hogares cristianos, se acostumbra que el padre le regale el “anillo de la virginidad” a su hija, con la promesa de que ella se conservará virgen hasta el matrimonio. Claro, que no consiste en sólo en entregarle el anillo, y funciona de manera voluntaria, cuando ella lo recibe con alegría. La entrega de ese anillo viene a ser el sello de una preparación previa en el tema y el temor a Dios, a lo largo de su crecimiento.
HONRAR A DIOS
Como padre cristiano, lo mejor que le puedes enseñar a tus hijos es la honra y temor a Dios. Eso es algo que se enseña con la vivencia diaria. De nada sirve en que le digas que sigan a Dios, lean la Biblia, etc. si en tu vida ellos no pueden ver el ejemplo cristiano que estás tratando de enseñarles.
Hay un solo Padre Perfecto: DIOS. Sin embargo, Él nos ha creado a Su imagen y desea que reproduzcamos lo que Él es, lo mejor que podamos. Él es Dios amoroso, perdonador, misericordioso, protector, proveedor, cuidador y defensor de Sus hijos. Ése es el ejemplo que Dios desea que dejemos a los hijos, porque los padres son los representantes de Dios en la tierra, mientras sus hijos van creciendo.
Papá, recuerda que tus hijos son producto de lo que tú siembres en ellos cuando son pequeños. Si hiciste algo mal como padre, no pierdas el tiempo sintiéndote culpable, sino que mientras haya vida, hay tiempo para corregirlo. El perdón es un arma poderosa para corregir los errores en las relaciones.
PATERNIDAD DE DIOS
Gálatas 4:6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!
El término Padre en griego, como se aplica a Dios, quiere decir Engendrador y Proveedor. El Padre Celestial es el que provee continuamente y podemos acudir a Él todo el tiempo.
Sin embargo, muchos cristianos tienen problemas para ver a Dios como su padre debido a que su experiencia con su padre terrenal ha sido mala. Por lo tanto, no pueden confiar en él y trasladan el mal concepto o mala relación con el padre terrenal al Padre Celestial. Muchos no pueden confiar en la provisión de Dios porque sus padres terrenales fallaron en proveerles para algunas de sus necesidades más básicas, pero Dios tiene fuentes inagotables para suplir nuestras necesidades; Él es el dueño del oro y de la plata (Hageo 2:8).
En toda área de nuestra vida, Él es suficiente para socorrernos y llevarnos a puerto seguro. Confiemos en Él.
Dios te ha creado con la capacidad y poder para hacer un buen papel como padre. No dejes pasar esa maravillosa oportunidad que Dios te da. Tú eres muy amado por Dios…ama a tus hijos de la misma manera.
¡FELIZ DÍA DEL PADRE!
importante
Efectivamente, así es José.
Gracias por tu comentario.
Saludos y bendiciones! 🙂