Cuando pensamos en un cuerpo, nos imaginamos un cuerpo completo, desde la cabeza hasta los pies; un cuerpo que tiene vida y que se mueve.
Si lo separamos en dos partes, vemos que la cabeza es donde está el centro de mando del cuerpo. Allí se decide casi todo lo que va a pasar en el cuerpo; ya sea que uno lo sepa o no.
Por ejemplo: tu cerebro manda la orden para que tu pie dé un paso al frente. El cerebro pone en tu cara una sonrisa o una mueca. Hace que te suden las manos cuando estás nervioso dando examen.
No sólo controla lo que piensas o sientes o cómo aprendes cosas; también hace que tu corazón lata sin que tú hagas nada para que eso suceda. Entonces, el cuerpo está sujeto a lo que diga la cabeza. ¿Se imaginan lo qué pasaría si el cuerpo no quisiera hacer lo que la cabeza mandara? No podría mover sus miembros, ni su cara tendría expresividad.
Cristo vino a la tierra en cuerpo físico, completo por dentro y por fuera. Lo invisible de Él, cuando estaba en el cielo, se volvió visible al nacer en la tierra. Luego, vino la resurrección y nos dejó el encargo del Cuerpo de Cristo de una manera diferente: la iglesia.
LA IGLESIA
El término iglesia, proviene de dos palabras: “reunión” o “asamblea”, que tiene que ver con la preservación y santificación de los creyentes como los “apartados”. La segunda palabra habla de posesión y significa “pertenecientes al Señor”.
- IGLESIA UNIVERSAL
Es el nombre que se le da a la iglesia en todo el mundo. Somos parte de la iglesia universal, compuesta por creyentes en Jesucristo en todo el mundo. Empezó desde el día de Pentecostés y será hasta el final de los tiempos. Esta iglesia universal, no es visible, pero es muy real, y es el Cuerpo de Cristo.
- IGLESIA LOCAL
Luego está la iglesia local, es un grupo de individuos salvos por la sangre de Cristo y que gozan de una relación espiritual con Él, donde Cristo es la Cabeza de la iglesia y también es la Cabeza de cada cristiano individualmente. Se reúnen regularmente en un lugar particular, y están en diferentes lugares de la tierra. Hay muchísimas y éstas sí son visibles.
1 Corintios 12:27 Vosotros, pues, sois el Cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.
Así como el cuerpo tiene diferentes partes: ojos, oídos, nariz, boca, piernas, brazos, todos son importantes, y cumplen una función diferente. Todos son necesarios. Para que mi cuerpo funcione correctamente, todos los miembros de mi cuerpo deben obedecer a la cabeza. Y todos debemos trabajar juntos con los demás miembros del Cuerpo de Cristo. Dios estableció que la iglesia recibiera instrucciones directamente de la Cabeza (Cristo).
Efesios 1:22,23“Dios puso todas las cosas bajo Sus pies y lo designó como cabeza de TODO para la iglesia, que es Su cuerpo, la plenitud de aquel que todo lo llena en todo”NVI.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE SER MIEMBRO DE UNA IGLESIA?
UNIÓN
El deseo del Señor es que los cristianos, como Cuerpo de Cristo, podamos estar unidos. Para ello, Él mismo concedió varios llamados al ministerio, para edificar el Cuerpo de Cristo. La meta es que lleguemos a ser uno en la fe, en el conocimiento y la plenitud de Cristo. Que al vivir la verdad en amor, crezcamos pareciéndonos cada vez más al Señor y por medio de Él, cuando cada parte del Cuerpo funcione bien, todo irá creciendo y edificándose en amor(Efesios 4:11-16). Cada cristiano debe ocupar su lugar en una iglesia local, donde va a servir en unidad a Dios, a la iglesia, y a sus pastores, en lo que sea necesario.
Juan 13:34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. 35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
IDENTIFICACIÓN Y COMPROMISO
Eres parte de un equipo y te identificas con él para trabajar juntos para el Señor. Una cosa es asistir a los servicios de la iglesia, pero otra cosa es estar comprometido con esa iglesia. Una buena iglesia bíblica, por lo general tiene una declaración de fe (lo que cree sobre la Salvación, la Biblia, Cristo, el Espíritu Santo, el pecado y otras doctrinas importantes en la Biblia), informando así a la gente, lo que la iglesia cree. Una vez que el creyente declara estar de acuerdo, se hace miembro, integrándose a la iglesia y viendo cómo puede ser de ayuda. Trabajando junto con los hermanos, uno descubrirá los dones que Dios le ha dado. Cuando una persona llega a ser miembro comprometido de una iglesia local está diciendo, “Soy parte de esta iglesia y por eso estoy comprometido con ella. Como miembro de la iglesia tengo ciertas responsabilidades que debo cumplir fielmente.”
Hechos 2:42 Y eran fieles en conservar la enseñanza de los apóstoles, en compartir lo que tenían, en reunirse para partir el pan y en la oración.
PROBADOS
Todos venimos del mundo con ideas equivocadas con respecto a quién es Dios, lo que Él dice sobre nosotros y sobre el mundo. Tenemos que empezar una “transformación de nuestra mente”, conforme vamos aprendiendo la verdad en la Biblia. Al crecer en la fe, serás probado y cuando se perfile tu ministerio, serás enviado al llamado específico que Dios te ha hecho. Así es como funciona un cuerpo bien concertado, en obediencia. Cada uno haciendo lo que ha sido llamado por Dios a ser y a hacer.
Por eso es tan necesario que uno vaya a una sola iglesia local. Los pastores y miembros de esa iglesia vienen a ser nuestra familia espiritual. Como cada familia tiene al padre como cabeza; en la iglesia el pastor es el padre espiritual. Bajo su liderazgo podremos crecer y ser formados espiritualmente, y probados hasta que seamos aptos para ser enviados donde el Señor nos mande. Así servimos unidos, como Cuerpo de Cristo en una sola iglesia. No podemos estar saltando de una iglesia a otra, pues por un lado, siembra dudas, ya que cada iglesia local tiene sus costumbres y su manera de hacer las cosas. ¿Se imaginan? una mano aquí, la pierna en la otra esquina…Por otro lado, surgen las comparaciones entre un pastor y otro (este pastor es mejor que el otro, etc). Además, debemos tener una cabeza (pastor) y no más. Al igual que no vamos viviendo o comiendo aquí y allá, en varias casas de diferentes familias a la vez, tampoco debemos hacerlo en la iglesia. La idea es que podamos ser parte de un solo cuerpo local.
Queridos cristianos, a no ser que estén pasando por un momento de transición hasta que sepan a qué iglesia van a asistir, cuidado con los “llaneros solitarios”, que dicen que sólo se someten directamente a Dios y a nadie más… El Señor desea que seamos un Cuerpo, y Él nos ha puesto bajo autoridad. A esas personas debemos someternos y honrar como si fuera Él mismo. El que se opone a eso, se opone a Dios (Romanos 13:1-2). No debemos dejar de congregarnos…
Hebreos 10:25 No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca (NVI).
Es necesario estar unidos con los hermanos, porque así Dios nos va puliendo y mejorando en el trato de unos con otros (Proverbios 27:17). Su deseo es que seamos cada vez más como Cristo.
CULTIVAMOS EL AMOR A DIOS
Al congregarnos, también debemos mantener viva la llama de la devoción por el Señor y Su obra. Con el caminar en este mundo y las muchas actividades, corremos el riesgo de no darle el lugar prioritario a nuestro Señor. Como toda relación de amor, requiere un mantenimiento. Eso implica un esfuerzo de nuestra parte por mantener encendido nuestro amor y devoción a Dios. La manera de lograrlo es manteniéndonos cerca de Dios; cultivando el hambre y la sed por Su presencia. Como congregación nos animamos unos a otros a seguir unidos al Señor, no dejando que nuestro amor por Él se enfríe.
APOYO Y CONSUELO
Otro motivo por el cual es importante pertenecer a una iglesia local es porque en tiempo de crisis y necesidad, encontramos apoyo y consuelo en los hermanos de la iglesia. El enemigo siempre está mandando sus dardos de tristeza, desánimo, enfermedad y demás. Como el cuerpo humano, por ejemplo, cuando nos golpeamos un dedo, todo nuestro ser está pendiente de él por el dolor que causa. De igual manera debe haber ese apoyo necesario de los hermanos cristianos. Cuando nos mantenemos cerca de los hermanos, nos podemos ayudar unos a otros. Dios los usa para levantarnos el ánimo y dirigirnos nuevamente a Dios.
Dicen que hay 3 elementos que mantienen el fuego encendido: el oxígeno, el calor y el combustible. Aplicándolo a la congregación, sería: el oxígeno (el Espíritu Santo), el calor (los hermanos en la fe), el combustible (la pasión/adoración a Dios). Los hermanos debemos estar unidos como leña que debe ser echada al fuego para que arda. Si los pedazos de leño están separados, difícilmente encenderá el fuego, pero si se mantienen unidos, arderá.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
Hermana me encanto esta lectura por que tenia mis dudas acerca de la congregación pero gracias a usted y el conocimiento que nuestro Dios le da y gracias por compartirlo con nosotros me fue de gran ayuda y me gustaría seguir leyendo mas espero me apoye ya que tengo el cargo de maestra de niños y quiero aprender mas para enseñarles a mis niños.
Hola Luci,
¡Qué lindo el ministerio de niños!
Le doy gracias a Dios por ti y el ministerio que te ha dado. Es un lugar estratégico, pues estás formando a los cristianos del futuro.
Espero seguir publicando Fundamentos de la Fe. Creo que de allí lo podrás adaptar a los niños.
¡Dios te bendiga! 🙂