Cuando uno escucha la palabra “cadena” muchas veces lo asociamos como algo negativo, porque las cadenas tienen que ver con impedimento, esclavitud, estorbo, cárcel.
Las cadenas tienen diferentes…
-usos: cadena para las puertas, candados, bicicletas, para neumáticos en la nieve, cadena de hoteles o restaurantes, radio, tv, de consumismo, de prisión, cadena de caracteres (internet), cadenas de bisutería, etc.
-materiales: hierro fundido, acero, forjada, plástico, tela.
Las cadenas en la tierra son útiles: bicicleta, auto, máquinas, y demás, excepto por las que ponen a los prisioneros. Sin llegar a estar presos, basta con que uno haga cosas malas, para quedar “atado” con cadenas espirituales, las cuales no vemos con nuestros ojos físicos, pero son notorias por las consecuencias que le siguen. Esas son cadenas que atan y quitan la libertad; cadenas de pecado que nos paralizan y no nos dejan avanzar.
En la Biblia, la palabra “cadena” aparece varias veces; algunas como algo positivo y otras como algo negativo. Por ejemplo:
NEGATIVO
– A Sansón, los filisteos lo ataron con cadenas y llevaron a la cárcel (Jueces 16:21).
– Al rey Sedequías le sacaron los ojos, y atado con cadenas lo llevaron a Babilonia (2 Reyes 25:7).
-En la región de los gadarenos, un hombre con espíritu maligno, no podía ser atado ni con cadenas (Marcos 5:2-3).
-Cadena de jucio, cuando la tierra está llena de delitos y violencia (Ezequiel 7:23).
POSITIVO
– El rey Salomón cubrió el templo del Señor con oro puro y puso cadenas de oro en la entrada del santuario (1 Reyes 6:21).
– El ángel del Señor despertó a Pedro en la cárcel y se le cayeron las cadenas que tenía en las manos (Hechos 12:7).
– Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. Vino un gran terremoto, las puertas se abrieron y las cadenas se soltaron (Hechos 16:25-26).
– Pablo hablando con los principales de los judíos, les explica que por la esperanza de Israel, él está sujeto con esa cadena (Hechos 28:20).
En el Reino de los Cielos, hay cadenas de libertad. Algo que parece contradictorio o ilógico. Somos “prisioneros” de Cristo por amor, pero a la vez con capacidad de ser libres de pecado, libres de preocupación, sin remordimiento de conciencia.
En el caso del ser humano también hay cadenas que nos atan. Son invisibles, pero reales y afectan nuestra vida. Nosotros sabemos que en esta tierra vamos a enfrentar momentos difíciles, Dios ya nos lo ha advertido, pero la diferencia es la manera en que pasaremos esas circunstancias, gracias a la ayuda de Él.
2 Corintios 4:7 Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, 4:8 que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; 4:9 perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; 4:10 llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos.
Nosotros somos los vasos de barro y Cristo es el tesoro que llevamos dentro de nosotros. Hemos de pasar momentos difíciles, pero al final, la vida de Jesús será glorificada en nuestros cuerpos.
En Efesios 6:18-20 el apóstol Pablo pide que oren por él para tener valor al anunciar el mensaje de Cristo, llamado a ser Su embajador en cadenas. A él le tocó estar en prisión por causa del Evangelio. Estaba como Embajador de Cristo. Y no solamente él, sino también nosotros, los cristianos, somos Embajadores de Cristo.
2 Corintios 5:20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
Entonces, ¿qué cadenas debe tener un cristiano? Cadenas de amor, porque al amar al prójimo cumplimos la ley de Dios (Romanos 13:8).
¿CUÁLES SON LAS FUNCIONES DE UN EMBAJADOR DEL REINO?
Como Embajadores…
– Representamos a Cristo: todo embajador representa al que lo envió. No existe un embajador independiente. La gente mirará nuestro comportamiento y la manera en que vivimos; cómo lidiamos con el sufrimiento y el pecado.
– Tenemos una misión: la motivación principal del cristiano es agradar a su Señor, antes que a sí mismo. Siempre mirando por los intereses del que lo envió y a quien sirve.
– Somos extranjeros: el embajador vive lejos de su país natal, siempre en el extranjero. En nuestro caso, nosotros vivimos en un mundo que parece extraño a los que no lo entienden. Somos “extranjeros” y nos regimos por las leyes del Reino de los cielos, que son diferentes a las que rigen en el mundo. Debemos cuidarnos de no volver a los valores de este mundo (Romanos 12:2).
– Daremos cuenta a Cristo: el embajador vive en el extranjero, pero da cuentas al gobierno que lo envió. De igual manera, nosotros damos cuenta no sólo a Dios, sino también a las autoridades que Él ha puesto sobre nosotros.
– Tenemos un contrato limitado: tiene vencimiento. El embajador vuelve por jubilación u alguna otra razón. Nuestro contrato, como cristianos, también tiene vencimiento: cuando lleguemos a la presencia de Dios.
¿CUÁLES SON LAS CADENAS QUE TE ATAN?
¿Cadenas de amor, odio, resentimiento, falta de perdón? Todo esto trae consecuencias negativas. O ¿estás frustrado porque estás enfermo, no tienes dinero o tienes algún impedimento físico? ¿Deseas servir al Señor, pero no puedes hacerlo porque debes cuidar a tus hijos o a un anciano?
Si se trata de pecado que estorba en tu vida, arrepiéntete de corazón y sigue a Dios. Si se trata de no poder servir ahora, por diferentes restricciones o limitaciones, igual eres un embajador del Reino de Dios. Es decir, en ambos casos eres embajador del Reino.
Tratemos de ser buenos embajadores de Cristo. Hasta donde sea posible no escojamos cadenas para nuestra vida. Más bien estemos atentos para no quedar atrapado en ellas.
¡QUE DIOS TE BENDIGA LIBRÁNDOTE DE CADENAS NEGATIVAS!